Flores, hadas y otros seres
- MUJER ÁRBOL
- 24 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Parece sorprendente que una flor pueda albergar tanta belleza.
Es una creación sagrada y mágica, armoniosa y frágil, digna de adulación y sensible tacto en sus pétalos que anuncian la futura decadencia que tarde o temprano se mostrará al marchitar.
Se atribuyen los cuentos de hadas a historias para niños, leyendas o mitos, historias "inventadas" encerradas en libros infantiles, donde no ofrecen la posibilidad de que quizá esos relatos hablen de un mundo paralelo, o no tan paralelo, un plano de existencia donde la fantasía puede que no sea tal y donde las hadas y duendes del bosque existan realmente, tengan vida, se relacionen, se comuniquen con otros seres y desarrollen su papel a favor de la Madre Tierra y el equilibrio energético y vibracional de la misma; trabajen para la sanación de la Tierra y cuiden de las plantas y animales que allí habitan.
Donde celebren y festejen, protejan y curen a animalitos enfermos e incluso avisen de peligros a otras especies amenazadas.
Los árboles y troncos caídos, piedras que encierran en su esencia la belleza del bosque, pueden expresar a través de diferentes manifestaciones, la silueta de lo que podría ser su esencia; caras, texturas, formas humanoides, siluetas de animales...
En mis paseos por los bosques, no deja de sorprenderme que aún yendo varias veces al mes, encuentro diferentes figuras en troncos secos que otras veces paseando por el mismo lugar no llegaba a apreciar.
Nuevas libélulas y mariposas, acarician el paisaje dando paso a la intuición, revestidas de hermosas alas de diferentes colores, algunas transparentes que dejan ver a través de ellas otras realidades.
Las rocas parecen adoptar diferentes personalidades y las flores, creadas bellas para ser observadas, llaman mi atención en un intento de comunicación y lenguaje universal, a veces conseguimos lograrlo.
¿ Que creéis que os diría la flor de la foto si pudierais comunicaros con ella?
Su semblante casi aprincesado y luminoso, su color, esa luz en su interior iluminando lo que podría ser en uno de esos cuentos, un hada del bosque, un duendecillo escondido y expectante, dejándose ver por voluntad y creando ese momento de asombro en mi alma tras descubrir tal maravillosa manifestación de la divina naturaleza.
Todos los seres mágicos ayudan a proteger la naturaleza aunque tengan otras funciones, son los guardianes del bosque.
Se cuenta que , al llegar la primavera, las hadas acuden raudas al despertar de las flores.
Justo en el momento de la coloración, y están preparadas para añadir los colores gracias a sus vibraciones, atentas siempre para que el plan de la naturaleza se desarrolle.
Los árboles, por su parte, ofrecen a las hadas refugio y cobijo. Con respecto a los animales del bosque, las hadas pueden mimetizarse con algún animalito para protegerse de los curiosos y disfrutar con sus juegos.
Hay tanto por aprender y tanto por descubrir...quizá en algún momento estemos preparados para creer en otra forma de existencia, dejando de lado la vanidad humana y abriendo la mente y el corazón, quizá nos sorprenderíamos de tantas vidas que esperan ser amadas, reconocidas y respetadas.
Puede creerse o no, pero nadie puede afirmar que, los seres mágicos del bosque, solo pertenecen a la inocencia de los niños.
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